miércoles, 16 de febrero de 2011

De ratones y mujeres.

Desde que tengo memoria, estuve viviendo en una casa quinta en zona norte hasta hace 2 o 3 años que decidí irme a capital con C.
La casa en cuestión, continúa a nombre de mi madre y si quiero venderla debo esperar a que termine la sucesión y dividir mitad y mitad con mi hermano. Mientras tanto, contratamos a G, una conocida (la que nos ayudaba con la limpieza) para que se quede 24 horas de lunes a viernes a limpiar y cuidar la casa.

Hace 2 semanas, recibí un llamado de mi tía. G se iba de vacaciones 15 días y yo debía cuidar y limpiar la casa mientras tanto. Guarde un par de cosas en un bolso, la notebook, la Wii y me vine.
Cuando llegue, salude a todos los que ya se iban y me quede sola un par de horas esperando a que C saliera de trabajar. Recorrí por primera vez en mucho tiempo la casa de piso a techo. El pasto estaba alto, ningún baño funcionaba del todo bien, casi ninguna persiana abría y algunas cosas más.
Aproveché que los tres primeros días llovió para limpiar y ordenar adentro. Lo que antes era el living de la casa se convirtió en el taller mecánico/informático de mi primo (que estuvo unos meses viviendo acá) dejando piezas de motor y teclados derretidos arriba de los sillones. También había una caja de vidrio con viruta y una rueda (de hámster) pero ningún animalito en ella.
Le reste importancia y continúe limpiando una biblioteca llena de enciclopedias del año 80 y algo. Escuche un ruido raro cuando moví uno de los tomos en el estante cercano al piso y unos segundos después mi perra (una Shar Pei negra de 3 años) vino corriendo y metió el hocico, olió un rato y empezó a mover la cola. Definitivamente, había algo ahí. Busque una linterna y alumbre el fondo de la biblioteca y lo vi, un hámster. Recordé entonces un charla que escuche entre mi primo y G:

G: Tu bicho se escapo
El: ¿En serio? *Revolviendo la jaula para comprobar que no esté escondido*
G: Si, capaz salió afuera y se lo comió la perra.
El: No creo, ya va a volver solo, vas a ver.
G: Jajaja.

Bien, el hámster es de mi primo, asique tenía que atraparlo. Me puse guantes por si acaso. Yo también tuve muchos hámsters y sé que si no pasan mucho tiempo con gente se vuelven ariscos y muerden. Lo agarré a la primera y al verlo bien noté que era un enano ruso. Era tan chiquitito que podría meter 4 de esos adentro de un foquito de 60w. Lo puse en su jaula, tape el hueco por donde se escapo y llame a mi primo. Se puso contento y pasó al día siguiente a saludarlo. Le comente que había tapado el hueco para que no se escape de nuevo y me respondió “Esta bien, no importa, total estas vos acá para volverlo a atrapar”

Se que hay gente que hace mejor algunas cosas que otras. Pero, que mi habilidad sea cazar ratones y ser comparada con un gato no creo que sea muy bien visto.
La próxima vez, lo dejo en libertad o me lo llevo a mi casa.
He dicho.