domingo, 14 de noviembre de 2010

Say no more

A principios de mes, fuimos con P (mi tía) a una fábrica a comprar un puesto de trabajo en L para la oficina y unas sillas.
Por algún motivo que no terminamos de entender, los escritorios que se utilizaran para PC no se hacen de más de 1.20 de largo y por la disposición de muebles de la oficina lo necesitábamos más grande. Nos ofrecieron cambiar la bandeja del teclado. Pasarla al otro escritorio (o como lo llamaron ellos “pasarla al brazo largo de la L”) y aceptamos.
Como somos muchas personas en la oficina, cada decisión que tomábamos debíamos llamar y consultarla con todos. Desde el cambio de bandeja, hasta los colores o el tapizado de la silla. El celular de P sonaba cada 2 minutos para preguntar alguna cosa nueva o hacer algún cambio.

Cuando terminábamos, la vendedora que nos acompaño por todo el local recitando precios sin muchos ánimos, nos informo que en 15 días tendríamos todo listo. P le hizo saber que creía que era mucho tiempo y unos segundos después sonó su celular. Contesto y se alejo del mostrador para hablar tranquila. Mientras miraba los colores de tapiz para las sillas, la vendedora entablo conversación:

Ella: ¿Es tu jefa? (Mirando a P a lo lejos)
Yo: No. Es mi tía.
Ella: Ah.
(Unos segundos después)
Ella: Pero trabajan juntas.
Yo: Si.

No era una pregunta, pero igual sentí la necesidad de contestarle. Se rio unos segundos, puso cara de ‘ya entendí todo’ y no volvió a hablar hasta que P volvió.

Y sí, hay algunas cosas tan obvias a simple vista que no necesitan explicación.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Pensamientos


¿No eras vos la que afirmaba que ir a 80 km/h cuando la máxima  marca 130 Km/h es un desperdicio?
Si, pero cuando tengo mucho sueño me pega un debuff que aumenta mi “miedo a pegarme un palo” en 375 puntos.
¿El sueño también te hace delirar?
No, eso de nacimiento.